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domingo, 3 de septiembre de 2017

¿COLOMBIA ESTARÁ ANESTESIADA?

Reflexión tomada de RESIDUUM REVERTETUR .
  
La tristeza de ver una nación hermana que es entregada en las garras del comunismo, hipnotizada por los cantos de sirena de su Jerarquía… y de aquel que se sienta en la Cátedra de Pedro.
 
¿Colombia estará anestesiada? He aquí la pregunta que los católicos de todo el mundo nos hacemos ante el panorama socio-religioso de una de las naciones más católicamente fervorosas y reactivas del mundo.
 
Dentro de pocos días Francisco emprenderá uno de sus viajes más cacareados. ¿Por qué razón? Medio siglo en que la guerrilla marxista empapó el suelo colombiano de sangre inocente, de políticas concesivas que sólo sirvieron para acarrear mayores desastres y de las ilusiones conciliadoras del clero, culminaron en 2016 con un forzado “proceso de paz” en aras del cual se pretendía sacrificar lo que fuera, aunque esto obligara a vulnerar los más elementales principios de justicia.
  
Apretón de manos entre Juan Manuel Santos, Raúl Castro Ruz y Rodrigo Londoño Echeverri (alias “Timoleón Jiménez” o “Timochenko”), en el Salón de Convenciones de La Habana el 23 de Septiembre de 2015, sellando así “la paz farc-sante”.
    
El pueblo colombiano se preparaba para decidir en plebiscito sobre este fraude, cuando intervino, de forma completamente inesperada, la voz del propio Francisco. En vísperas de la votación, el pontífice prometió que visitaría el país si éste apoyase el acuerdo con la guerrilla subversiva de las FARC, acusando irresponsablemente de querer continuar la guerra a aquellos que se pronunciasen en contra de que el Estado se arrodillase enfrente de criminales. Falsa alternativa, que provocaba, de forma ladina, un problema de conciencia a los católicos.
   
  
Cuando todas las encuestas predecían una aplastante victoria para el “sí” de la vergüenza, los colombianos rechazaron esa impostura suicida y, de la noche a la mañana, se encontró frustrado el mal llamado “proceso de paz”. Francisco tuvo que atrasar su prometido viaje…
 
Confirmado que la voz de la opinión pública era claramente contraria a semejante comedia, no hubo más alternativa que relanzar tal “proceso” mediante el silencio doloso de la voz más penetrante del escenario colombiano – que no es otra que la de la Jerarquía Eclesiástica –, la claudicación tácita de aquellos elementos del escenario socio-político que aún podían levantar la voz contra lo que se pretendía hacer y, por fin, de burdas intrigas como, por ejemplo, la concesión de un premio Nobel de la Paz claramente ideologizado a uno de los promotores visible de todas estas concesiones. Y sí, finalmente, Francisco visitaría el país…
 
Pasa el tiempo y el pobre pueblo colombiano parece sumergido en el mismo proceso denunciado hace casi treinta años en la Madre Patria mediante la histórica obra de TFP-Covadonga: “España, Anestesiada sin percibirlo, amordazada sin quererlo, extraviada sin saberlo. La Obra del PSOE”. O sea, un país que, en buena medida, se encamina hacia un abismo sin darse cuenta. Hoy bien podríamos decir: “Colombia, anestesiada sin percibirlo, amordazada sin quererlo, extraviada sin saberlo…” pero, ¿obra de quién? ¿De Santos? ¿De las FARC? ¿De…?
 
 
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor y tendréis la guerra”. Memorable frase que marcó el siglo XX, cuando Winston Churchill se la pronunció a Lord Chamberlain, que consideraba una victoria política lo conseguido en el vergonzoso Pacto de Munich poco antes de la II Guerra Mundial. Triste recuerdo cuando se analiza la realidad colombiana de nuestros días. El siglo XXI pasará a la historia por sus aspectos de irracionalidad colectiva. Uno de los más sorprendentes es este: un pueblo forzado a aceptar un “proceso paz” con un grupo criminal, cediéndole espacio político y la posibilidad de ver su orden social interno perturbado sin remedio. ¿Hasta dónde llegará esto? Creemos que la inmensa fe del pueblo colombiano todavía será capaz de guiar la luz intelectual que resta en su seno, pues ¿cómo comprender lo que está ocurriendo? Supongamos que mañana la Unión Europea construyese un “proceso de paz” con el terrorismo islámico cediéndoles escaños en el Parlamento e integrando a los terroristas en el continente sin tener que pagar en justicia por sus crímenes. A día de hoy, ¿no nos parecería un absurdo? Pues si es así en un Viejo Mundo, ya apóstata en la práctica, ¿qué decir sobre algo análogo en una patria que vibra por su masiva pertenencia al seno de la verdadera Iglesia de Cristo?
  
Luciano Marín Arango (alias “Ivan Marquez”), con Hugo Chávez y Piedad Córdoba, referenciales de las FARC
  
Sin embargo, como bien describe el encima mencionado libro, es posible adormecer todo un pueblo por medio de una profunda acción sobre su mentalidad y tendencias. Es lo único que explica el desparpajo con que las FARC proclaman el ideario con que pretenden definirse como un partido político. Según el Informe Central al Congreso Fundacional del Nuevo Partido Político, por boca de uno de sus voceros principales, el guerrillero y comandante del Bloque Caribe, alias “Iván Márquez”, afirma claramente que paz no es sinónimo de fin de conflicto. Apenas hubo un cambio de escenario, de la selva a la política, pero se mantiene “la continuidad del conflicto social” considerando esta nueva etapa política como apenas “la terminación del ciclo del alzamiento armado y el inicio de una nueva fase histórica” donde se mantiene la meta de “superar de manera definitiva el régimen patriarcal existente”. Recordarán los católicos que una de las principales metas de las FARC es impulsar todas las políticas contrarias a la familia católica, con la promulgación de la ideología de género, aborto, etc. Todo con vistas a acabar con el “orden capitalista vigente”. Por tanto, el mismo ideario anti-católico, pues vulnera los principios sagrados de la familia y la propiedad, que les animaba en las selvas con fusiles, sólo que ahora obtenido de manera más rápida y fácil.
  
  
Recordemos la metáfora de la portada, idealizada por Dr. Plinio, del histórico libro de TFP-Covadonga, “España Anestesiada…”. Un paciente representando la propia nación, cuya fisionomía fue anulada por abundantes vendajes, es anestesiado y sometido a una infame cirugía por diferentes manos. Es posible, sí, realizar una “psicocirugía” en un pueblo entero para aceptar cualquier absurdo. Y todo parece indicar que un procedimiento análogo está establecido en el suelo colombiano. Así como en su día y hasta hoy la nación española, ahora es Colombia la que se encuentra en el quirófano, siendo manipulada por diversas manos, encargada cada cual de una determinada función. Lo más sorprendente de este caso es algo que no existía al final de la lejana década de los 80, cuando fue lanzado el mítico libro español. Ahora entró una mano más que, con demagógica habilidad, pretende ganarse la confianza del paciente y es la encargada de administrar la anestesia que permitirá realizar la operación del cambio de mentalidad con total éxito. ¿De qué mano se trata? No es difícil intuirlo…
 
Resta, sin embargo, una pregunta fundamental: ¿habrá llegado la “anestesia” al punto de silenciar definitivamente las últimas reacciones que podrían suscitar la resistencia salvadora? ¿Dónde está la fe verdadera, o sea, la razón iluminada por la fe, del pueblo colombiano? Pues no olvidemos que “la fe si no tiene obras, está realmente muerta” (Sant 2, 17). No basta tener fe para ir a misa los domingos e después traicionarla para apoyar el pecado de entregar una nación entera en manos de los enemigos de la Iglesia.
  
De izquierda a derecha (retóricamente, porque todos los de la foto son de izquierda): Darío Antonio Echeverri González FCM (secretario de la Comisión Nacional de Conciliación y párroco del Sagrado Corazón de Jesús-Voto Nacional), Félix Antonio Muñoz Lascarro (alias “Pastor Alape” o “José Lisandro Lascarro”), Nel Heyde Beltrán Santamaría (obispo emérito de Sincelejo), Luciano Marín Arango (alias “Ivan Marquez”), Luis Augusto Castro Quiroga IMC (arzobispo de Tunja y expresidente de la Conferencia Episcopal Colombiana), Julián Gallo Cubillos (alias “Carlos Antonio Lozada”) y Rodrigo Granda Escobar (alias “Ricardo Téllez”).
  
Proyección del logosímbolo del novel partido “Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común” (FARC) sobre la fachada de la Catedral Primada de la Inmaculada Concepción de María, sede del Arzobispado de Bogotá
  
La verdad es que, en medio de la mega-operación de propaganda emprendida por el gobierno colombiano y la Conferencia Episcopal, queriendo vendernos un país unido y feliz por la venida de Francisco a Colombia, nos encontramos con ecos que alimentan nuestras más profundas esperanzas de que no todo está perdido. Así, mientras manos sagradas intentan estrangular las ovejas y abrir la puerta del redil para los asaltantes, el pueblo colombiano, en lo más profundo de su fe, sabe discernir la verdadera palabra del Pastor y diferenciar los lobos de las ovejas, aun cuando éstos se vistan con la piel de aquellas… Ni siquiera toda la presión mediática será capaz de doblar la fe de un pueblo que comprende que los principios de Nuestro Señor Jesucristo no se venden por nada. Y si fue capaz de llevar adelante la epopeya de resistencia contra la subversión durante décadas, de igual manera sabrá ahora oponerse con altanería a los lobos por muy olor de oveja que tengan. Y esta resistencia será más profunda y eficaz en la medida que cuente con sacerdotes fieles a la doctrina de siempre, a la moral de siempre y a las enseñanzas que recibimos de la Santa Madre Iglesia.
 
Sacerdotes que están en diferentes diócesis, no puedo mencionarlas por supuesto, pero que están en total desacuerdo con la visita de Francisco, muchísimos grupos de oración y laicos comprometidos en oración para que no venga” (RCN Radio). Son palabras de uno de muchos sacerdotes inconformes con la ida de Francisco a Colombia. Y ni la propaganda, ni el gobierno y ni la Conferencia Episcopal podrán callar las conciencias de los católicos. Sobre todo mientras existan sacerdotes fieles que cumplan su papel de sal de la tierra y luz del mundo. Son muchísimos los que se oponen a la visita de Francisco por saber que no tiene una finalidad pastoral, sino que busca avalar la entrega de país a la subversión y la entrega de sus conciencias a una moral distante aquella que recibió de sus mayores.

¡Pueblo colombiano! Con la mirada puesta en Nuestra Señora de Chiquinquirá, Reina de Colombia, te decimos: Ármate con el escudo de la fe y la espada de la Palabra de Dios, viste el cinturón de la verdad, la coraza de la justicia y el yelmo de la salvación (cf. Ef 6, 14-17). Sé católico hasta las últimas consecuencias y no pactes con el lobo. ¡Combate el buen combate de la fe y espera del Justo Juez la recompensa de aquellos que perseveran hasta el final! (cf. IITm 4, 7-8).
  
Fernando Álvarez de Toledo, cooperador de TFP-Covadonga, socio de TFP Brasil y miembro de los Heraldos del Evangelio.

1 comentario:

  1. Excelente!
    Muy buen artículo.
    Es el beso de Judas a Jesucristo en su Iglesia colombiana...

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)